Según la leyenda, en tierras turcas se encontraba una enorme roca en el mar que ni con la fuerza de cien hombres podían moverla.

Llamaron a un hombre que era conocido por estar siempre con mal de ojo. Cuando vio la roca exclamó: -¡!Dios mio!! ¡¡Qué roca más grande!!-
A continuación se oyó un ruido ensordecedor, la roca se rompió en dos trozos y por arte de magia el hombre se curó, convirtiéndose la roca en el famoso amuleto turco.

Actualmente se usa en pendientes, pulseras, collares, en las entradas a la casa, colgado en el coche…etc.

Si eres supersticioso sabrás que el ojo turco está rodeado de misterio y magnetismo, protege a quien lo lleva de infortunios, envidias…etc.

¿Tienes ya tu ojo turco?

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