Entre las aldeas remotas de las montañas del Atlas en Marruecos se encuentra el pueblo aislado de Imilchil. La vida es dura para las tribus bereberes que viven allí.

Sin embargo, cada mes de septiembre, los habitantes de las aldeas vecinas hacen el viaje a Imilchil para celebrar el festival de Imilchil, también conocido como romance de septiembre, festival de las bodas o Moussem de Imilchil.

Cuenta la leyenda que un hombre y una mujer a los que les fue prohibido por sus familias casarse, lloraron hasta la muerte. Sus lágrimas formaron los lagos de Issly ( el del hombre) y Tisslit (él de ella), cerca de Imilchil. Así fueron las familias, que establecieron el aniversario de la muerte de los amantes como un día en el que los miembros de diferentes tribus podían casarse entre sí. Y así, nació el Festival de los matrimonios Imilchil.

El pueblo se convierte en un festival en el que las y los jovenes solteros vienen de todas las aldeas remotas para encontrar su pareja ideal. En la celebración abunda la comida, las muestras de música y baile y preciosos trajes típicos de gran colorido.

Los hombres se visten con su traje tradicional completo con puñales de plata, las chicas llevan vestidos modestos pero muy bordados y bonitas joyas, tanto como las familias pueden pagar. Si una pareja se encuentra y deciden casarse, las familias se reunen para hacer los arreglos en la tienda del escriba.

Más tarde, los recién casados parten hacia sus aldeas, donde tendrán lugar las celebraciones en las próximas semanas.

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