Los dátiles que en estos días se cosechan en todo Marruecos son un componente imprescindible en la cultura gastronómica del país y van unidos a fechas como el Ramadán y las bodas.

La producción de dátiles se concentra en los oasis de Draa, Tata, Figuig y Tafilalet. La ciudad de Erfoud , en el valle del rio Ziz, se convierte en la capital del dátil.
La celebración del Salón Internacional del dátil rompe la calma del lugar con las visitas de personajes influyentes e ilustres.

Una de las variedades más apreciadas por su tamaño y calidad y de menor consumo por su alto precio es el mejhul.
Se suele consumir en contadas ocasiones, eventos familiares…etc.
Los dátiles son para los marroquíes un producto básico en su alimentación y la palmera un medio de trabajo.

“Una palmera es como un hijo más en la familia y por eso le guardan un gran respeto”

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