Iznik, la antigua Nicea, situada al nordeste de Turquía se convirtió en el centro cerámico turco por excelencia dedicado a la producción de azulejos y mesas de lujo para la ornamentación de mezquitas, palacios y mausuleos.

Entre los diseños fascinantes y vistosos de los azulejos predominaba la ornamentación floral, tulipanes, clavelinas , jacintos etc, turquesas, rojos, verdes, rosados, esmeraldas y púrpuras, vivos colores no conocidos en aquel momento en Europa.

Los alfareros de Iznik empezaron a desarrollar las tradicionales composiciones florales con las que tapizaban los altos muros de los aposentos con el fin de crear la ilusión óptica de un jardín interior. La producción se comercializo con éxito y conoció su máximo esplendor en el mercado europeo en el siglo XVI, donde marco tendencias entre las producciones de Padua , Venecia y Nevers (Francia)

Los ricos pudientes de Francia , Italia, Alemania, Austria e Inglaterra encargaron sus servicios de mesa a los alfareros turcos.  Platos, mosaicos, fragmentos de paredes de estancias y mezquitas… son una maravillosa muestra de la tradición de esta tierra.

 

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