Visitar un zoco es una experiencia difícil de olvidar que no se puede explicar con palabras, simplemente hay que vivirlo.
Ese aire a misticismo que se respira por sus callejuelas llenas de vida y color, es como estar en las mil y una noches y resulta fascinante a todo el que lo visita.
Si además eres aficionado a las compras, disfrutarás enormemente de ese ambiente animado y colorido donde te encontrarás todo tipo de productos; fuentes de mosaico que adornan los patios, puff de piel, teteras de alpaca, mesas de madera tallada, bisutería árabe, faroles árabes…etc, la oferta es interminable.

Visita el zoco de los orfebres, los herreros, los curtidores…etc. Los artesanos elaboran sus productos en las mismos puestos que los venden.

Tómate la visita con calma, en el zoco pese al ambiente bullicioso las horas se hacen eternas. Los marroquíes tienen un concepto del tiempo muy diferente al nuestro.
No temas perderte , siempre encontrarás a alguien que amablemente te indicará como llegar a la salida, no sin antes intentar llevarte a su tienda para que compres sus artículos e invitarte a un té a la menta, te lo servirán en un vaso de cristal elaborado expresamente para ello.
En tu ir y venir por las callejuelas, te asombrarás con imágenes imposibles de olvidar; un chico vendiendo huevos al sol trabajando con su ordenador ,motocicletas donde van subidos 3 y 4 personas, burros cargados al máximo…etc.

Visitar un zoco es una experiencia que no olvidarás y planearas una segunda visita, porque seguro que te ha sabido a poco.

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